Todos los días a las seis de la mañana, Rafael Agustín Lluncor Medina, un muchacho de 28 años, se levanta sonriéndole a la vida; a pesar que su problema de insuficiencia renal haya deteriorado por completo sus riñones y causado múltiples caídas.
Sin embargo, rendirse no es una palabra que exista en su vocabulario, ya que sus ganas de vivir y su constante lucha por una condición más óptima y saludable ha sido el impulso para luchar contra aquella enfermedad que padeció d esde el momento que vio los primeros rayos de luz.
Todos los conocen como Chicho, el bromista, el amiguero, el servicial, el que muchos quieren; el que en pocas ocasiones deja de sonreír; porque no conoce de lamentaciones, como él dice: “Solo queda la resignación”.
Su madre Emma Medina Llontop entre lágrimas confiesa la difícil tarea que emprendió cuando se enteró que el bebé que tenía en brazos sufría una enfermedad congénita que marcaría su vida.
A los ocho años el pequeño Rafael recibió su primera hemodiálisis, su padre Rafael Lluncor Molocho, se resistió a la idea; no obstante, el estado crítico al que llegó el único hijo varón de la familia, lo obligó a adoptar esta medida.
Cuando Chicho tenía 9 años fue traslado del Hospital Almanzor Aguinaga Asenjo, ubicado en Chiclayo; al Hospital Guillermo Almenara, en Lima. Su padre con ayuda de la familia y con varios sacrificios lo acompaño durante todo el año que estuvo hospitalizado.
Una camilla, una silla de ruedas y hasta el suelo, era la cama que con suerte podía conseguir Don Rafael para estar junto a su hijo.
Cumpleaños, navidad, día de la madre y del padre, pasó junto a su viejo como le dice ahora, a pacientes del hospital, a enfermeras y al personal de limpieza; eran fechas importantes, pero la limitación económica y la responsabilidad de su madre, de trabajar y cuidar a sus tres pequeñas, resultaba un sueño imposible de cumplir.
Su rostro a simple vista denota alegría, pero sus ojos pequeños algo enrojecidos, reflejan frustración y tristeza.
Él les llama marcas de guerra, y es que las cicatrices, callosidades y el color ceniciento de su piel, indica la desafortunada historia de este muchacho, que con el pasar de los años, ha estado en coma tres veces, ha tenido varias convulsiones y estuvo en estado crítico en reiteradas ocasiones.
Su crecimiento también se vio afectado, por la descalcificación de sus huesos; además, de los problemas neurológicos que sufre actualmente.
El nefrólogo Abelardo Gonzáles Duarte, explicó que desde muy pequeño se le detectó esta enfermedad y que a pesar de sus diversas recaídas posee una buena condición.
“Por el momento él se encuentra en tratamiento para posteriormente realizarle un trasplante de riñón, para ello deberá pasar por una serie de evaluaciones, para asegurar que esta apto y pueda estar en la lista de espera”, expresó.
Asimismo, señaló que uno de los mayores retos es la reconstrucción de su vejiga, ya que esta es muy pequeña y no tiene un buen funcionamiento, lo cual ocasionaría el desgaste del riñón trasplantado.
Las estadísticas a nivel mundial demuestran que cada año por cada millón de habitantes, 150 personas sufren de insuficiencia renal. Los casos son muchos pero la atención médica escasa, aquel que no pueda acceder a un seguro por condiciones económicas, solo estaría destinado a morir.
La ley establecida por el gobierno afirma que todos podemos acceder a una atención médica sin necesidad de contar con un seguro; sin embargo, solo se ha acatado en los niños y en algunos adultos que se les hemodialisa una vez como regalo, cuando debería ser tres veces por semana.
Así como Chicho son innumerables las historias que encierran esta enfermedad, una esperanza de vida solo se obtiene con la actitud positiva, las ganas de vivir y luchar contra un problema llamado insuficiencia renal.
Sin embargo, rendirse no es una palabra que exista en su vocabulario, ya que sus ganas de vivir y su constante lucha por una condición más óptima y saludable ha sido el impulso para luchar contra aquella enfermedad que padeció d esde el momento que vio los primeros rayos de luz.
Todos los conocen como Chicho, el bromista, el amiguero, el servicial, el que muchos quieren; el que en pocas ocasiones deja de sonreír; porque no conoce de lamentaciones, como él dice: “Solo queda la resignación”.
Su madre Emma Medina Llontop entre lágrimas confiesa la difícil tarea que emprendió cuando se enteró que el bebé que tenía en brazos sufría una enfermedad congénita que marcaría su vida.
A los ocho años el pequeño Rafael recibió su primera hemodiálisis, su padre Rafael Lluncor Molocho, se resistió a la idea; no obstante, el estado crítico al que llegó el único hijo varón de la familia, lo obligó a adoptar esta medida.
Cuando Chicho tenía 9 años fue traslado del Hospital Almanzor Aguinaga Asenjo, ubicado en Chiclayo; al Hospital Guillermo Almenara, en Lima. Su padre con ayuda de la familia y con varios sacrificios lo acompaño durante todo el año que estuvo hospitalizado.
Una camilla, una silla de ruedas y hasta el suelo, era la cama que con suerte podía conseguir Don Rafael para estar junto a su hijo.
Cumpleaños, navidad, día de la madre y del padre, pasó junto a su viejo como le dice ahora, a pacientes del hospital, a enfermeras y al personal de limpieza; eran fechas importantes, pero la limitación económica y la responsabilidad de su madre, de trabajar y cuidar a sus tres pequeñas, resultaba un sueño imposible de cumplir.
Su rostro a simple vista denota alegría, pero sus ojos pequeños algo enrojecidos, reflejan frustración y tristeza.
Él les llama marcas de guerra, y es que las cicatrices, callosidades y el color ceniciento de su piel, indica la desafortunada historia de este muchacho, que con el pasar de los años, ha estado en coma tres veces, ha tenido varias convulsiones y estuvo en estado crítico en reiteradas ocasiones.
Su crecimiento también se vio afectado, por la descalcificación de sus huesos; además, de los problemas neurológicos que sufre actualmente.
El nefrólogo Abelardo Gonzáles Duarte, explicó que desde muy pequeño se le detectó esta enfermedad y que a pesar de sus diversas recaídas posee una buena condición.
“Por el momento él se encuentra en tratamiento para posteriormente realizarle un trasplante de riñón, para ello deberá pasar por una serie de evaluaciones, para asegurar que esta apto y pueda estar en la lista de espera”, expresó.
Asimismo, señaló que uno de los mayores retos es la reconstrucción de su vejiga, ya que esta es muy pequeña y no tiene un buen funcionamiento, lo cual ocasionaría el desgaste del riñón trasplantado.
Las estadísticas a nivel mundial demuestran que cada año por cada millón de habitantes, 150 personas sufren de insuficiencia renal. Los casos son muchos pero la atención médica escasa, aquel que no pueda acceder a un seguro por condiciones económicas, solo estaría destinado a morir.
La ley establecida por el gobierno afirma que todos podemos acceder a una atención médica sin necesidad de contar con un seguro; sin embargo, solo se ha acatado en los niños y en algunos adultos que se les hemodialisa una vez como regalo, cuando debería ser tres veces por semana.
Así como Chicho son innumerables las historias que encierran esta enfermedad, una esperanza de vida solo se obtiene con la actitud positiva, las ganas de vivir y luchar contra un problema llamado insuficiencia renal.